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Noche de Antologia

("Cielo azul donde un sol rojo de cobre señalaba la hora del medio día")

Y fueron las líneas de mi libro, en la mañana luego de una noche compartiendo con amigos, con hermanos, con compañeros de un conjunto, como lo es el "Antología"... Fueron esas líneas cruzadas en los asientos del andén, de la Estación terminal, donde reposado leía ese libro de Jorge Amado, y me sentía extraterrestre, por el hecho que todos al pasar me miraban (no sé si porque estaba leyendo, porque estaba en esos asientos inutilizable, o tendría algo en el cabello que no notaba, o solamente miraban mi cara desgastada por la noche anterior y esa noche...), y de lejos, seguían fijando su mirada en mí...
Habian pasado tantas cosas en 48 horas antes de estar ahí sentado, terminando mi fin de semana... Habia comenzando en casa de Marcelo el viernes, compartiendo el "club de tobi" un asado con Marcelo, con su novia (Pancha) y su familia. Toda la noche compartiendo risas, sus buenos vinos, carne de cerdo (respetando a Dionisio)... Y luego terminar nuestra visita, con una agua de llantén, salvadora de todos los pecados gulosos que puedas haberte pegado en la vida nocturna fin de semanero. Luego continuando la vida, junto al "Antologia", en un supuesto "asado", que terminó en una "hamburguesada", que no puedo negar que estuvo buenisima, ahí con los medios sanguches con tomate, lechuga, ají (cosa que odia mi novia de mi), mostaza, mayonesa y ketchup... y luego sus buenos fideos con salsa margarita, que despiertan el calor sexual de cualquiera...
Una verdadera noche al lado de una piscina, donde a las 2 de la mañana, se nos paró la raja y partimos a cambiarnos nuestras livianas ropas, y utilizar el tan adorado traje de baño, para compartir unas tibias aguas, mientras mirabamos pasar a los cansados oyentes de la cumbre del rock chileno, a quienes lesiabamos cuando derepente decían algo como "invitenos", sobre todo muchachas, que veían a estos fornidos machos de gala, que se bañaban. Una verdadera noche, ahi compartiendo con amigos, y con mi novia... Porque a esta muchacha que comparte mi vida, andaba fuera de Santiago y no la veía hace unos días, y la patua, no iba a ir... si no es por el Mauri, su hermano, sigo estando sin verla... Y obvio compartir ese sueño con mi amada, ahí ella, sin querer despertar cuando le hablaba...

("Cielo azul donde un sol rojo de cobre señalaba la hora del medio día")

Pero claro, todo eso, se sumó a esa mañana, luego de despedirme de mi amada y su hermano en el metro, sentarme ahí en el andén inutilizable, con un libro buenisimo, como lo son los de Jorge Amado; ahí perdido entre sus líneas, intoxicándome de la cultura brasileña con gran emoción. Porque Amado, relata la vida Bahiana de una manera, que uno no deja de internarse, y hacerse parte de ese pequeño espacio de historia... Y me sentía tan liviano frente a ese centro monótono, como lo es "Puente Alto"... porque su vida es repetitiva... Se conoce todo lo que cada uno de sus integrantes hará, donde lo hará, como lo hará...
Y la ciudad estaba cerrada, todas sus calles abandonadas de la caballería puentealtina. Las tiendas tomaban su mañana dominguera tranquilamente, excepto las supertiendas, donde las viejas a esa de hora de la mañana (10 am), ya estaban a pleno sol, epserando que se les abriera las puertas de tan prestigiosas robadinerodepobre, como si, el entrar de las primeras, le otorga el premio "limón" y con ello se llevan todo gratis... Luego viendo los mismo curados de siempre, tirados en el piso de la calle Eyzaguirre, con sus orines húmedos en el pantalón, el mismo pantalón que acepta los orines de los días anteriores, de las semanas, meses y años anteriores... Todo era igual, lo mismo del día anterior, lo mismo de siempre... todo se repite de la misma manera... No existe nada, definitivamente nada nuevo en esta comuna...

("Cielo azul donde un sol rojo de cobre señalaba la hora del medio día")

Ahora, dentro de esa caminata de el metro a mi casa, lo unico que se salvó, que me alivio con esas sonrisas, de ver algo tranquilo, fue un viejito en una banca de la plaza, aferrado a la sombra que el árbol del frente le entregaba. Verlo ahí, sencillo, sin mucho mas que vivir, mirando y degustando el poco aire limpio que va quedando en los rincones de la Región.

("Cielo azul donde un sol rojo de cobre señalaba la hora del medio día")

Fue realmente despertar al mundo, con un cielo azul, con un sol rojo, con un rojo cobre, con un medio día...
Fue realmente mirar el entorno por un minuto, y no tener palabras para explicar la trigonometría que existe en relación del hombre con su propia ciudad...

("Cielo azul donde un sol rojo de cobre señalaba la hora del medio día")

("Cielo azul donde un sol rojo de cobre señalaba la hora del medio día")

("Cielo azul donde un sol rojo de cobre señalaba la hora del medio día")

("Cielo azul donde un sol rojo de cobre señalaba la hora del medio día")


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1 Responses to “Noche de Antologia”

  1. # Blogger CHeRRy

    TA!






    compartir...
    creo que se ha convertido en mi palabra favorita...

    con los amigos...
    la vida...
    los gustos...

    todo!


    beso  

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